Volver a caer en un mal hábito pasado es sumamente sencillo. Sin embargo, atendiendo a ciertas señales externas e internas podemos mantener nuestro estilo de vida saludable. Mira por qué.
Si alguna vez has intentado mejorar tu estilo de vida, quizás te hayas dado cuenta de que suele costar más mantener un hábito que comenzar a adoptarlo. Con esfuerzo y motivación nos encaminamos hacia determinados objetivos, pero en el momento menos esperado nos vemos de nuevo trasnochando, con una vida sedentaria o con una alimentación deficiente. Si quieres evitar que esto ocurra de nuevo, compartimos contigo algunos consejos para evitar recaer en los malos hábitos.
Un hábito no solo está relacionado con la salud física. De hecho, es toda secuencia de acciones que ha quedado automatizada y realizamos sin deliberación ni control consciente. Por ejemplo, nuestras actitudes, y las formas en que normalmente pensamos o nos sentimos también pueden considerarse como tal.
Cambiar de hábitos es complejo y, en ocasiones, la voluntad y la motivación que nos proporciona haber obtenido resultados no es suficiente para mantenernos por el buen camino. A este respecto, conocer cómo funciona nuestra mente puede ser la clave que falta.
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Los hábitos y la actividad neuronal
Muchos de los hábitos que adoptamos terminan produciendo modificaciones en nuestro cerebro. Así, esa secuencia de acciones que constituyen el hábito se refleja en un patrón de activación concreto que queda “guardado” como un conjunto.
Se ha visto que, mientras adquirimos el hábito, hay actividad neuronal durante todo el proceso. Sin embargo, una vez automatizado, el cerebro solo se activa al inicio de la secuencia y al final. De algún modo, basta con “presionar la tecla de inicio” (es decir, que aparezca el desencadenante) para que todo el patrón se ponga en marcha hasta el final.
Aunque hagamos un esfuerzo deliberado por cambiar de hábitos, ese aprendizaje queda latente y puede volver a reactivarse con facilidad. Con esto en mente, hay ciertas medidas que podemos tomar para evitar recaer en los malos hábitos.
¿Cómo evitar recaer en los malos hábitos?
Si has logrado importantes avances respecto a tu actitud o tu estilo de vida y deseas mantenerlos, estas son algunas pautas que te serán de utilidad:
1. Identifica los momentos críticos
Como hemos dicho, un hábito bien instaurado se pone en marcha a partir de un estímulo desencadenante, una señal que detona la activación de dicho hábito. Aún cuando llevamos tiempo sin realizarlo, esa señal puede reactivarlo fácilmente; por esto, hemos de prestar atención a los momentos críticos que pueden ser desencadenantes.
Por ejemplo, para una persona que ha logrado hacer ejercicio por las mañanas, el momento de levantarse o posponer el despertador es decisivo (pues le conduce a uno u otro hábito). Para quien se da atracones nocturnos de comida, ir a la cocina a cierta hora puede ser un desencadenante. Y para quien fumaba socialmente, tener una copa en la mano puede inducirle automáticamente a encender un cigarrillo.
Comprendiendo esto, podemos identificar los momentos críticos, las señales y estar atentos para no recaer. Es en esos momentos cuando debemos hacer el esfuerzo extra por no volver en las viejas costumbres y dar ese primer paso que desencadenará el buen hábito que hemos adquirido.
2. Presta atención a tus emociones
Respecto a las recaídas de cualquier índole, las emociones tienen una gran importancia. Y esto se debe a que, generalmente, nos movemos en base al coste y la recompensa.
Cuando estamos estables y nos sentimos bien, somos mucho más capaces de enfocarnos en los beneficios a largo plazo y asumir el coste presente. Sin embargo, si estamos tristes, irritados o desmotivados, es más probable que tendamos a la gratificación inmediata.
Tus emociones pueden llevarte a recurrir a ese mal hábito que abandonaste en un intento de sentirte mejor temporalmente. Por ello, aprende a conectar con cómo te sientes y adquiere herramientas que te permitan gestionar esos sentimientos a tiempo y de una forma más adecuada.
3. Lleva una vida ordenada
Por último, para evitar recaer en los malos hábitos es importante comprender que todo forma parte de un conjunto. Aunque estés enfocado en un aspecto en concreto, el resto de tu rutina diaria te llevará en una dirección o en otra.
Por ejemplo, trasnochar puede favorecer que abandones el ejercicio y retomes tu vida sedentaria. Y vivir en un entorno descuidado y desorganizado puede hacerte recaer en hábitos emocionales negativos. Así, no importa qué hábito estés tratando de mantener, busca llevar una vida ordenada y saludable en todos los aspectos.
Evitar recaer en los malos hábitos es una carrera de fondo
En definitiva, procura tener presente lo sencillo que es retomar un mal hábito y no bajes la guardia. Desafortunadamente, el propio funcionamiento de nuestra mente puede jugarnos en contra a la hora de tratar de mantener un buen estilo de vida. Sin embargo, al conocer lo que ocurre, podemos prestar atención a ciertas señales y actuar a tiempo.
Y, ante todo, si sufres una recaída, sé compasivo contigo mismo y permítete volverlo a intentar. Con perseverancia, los buenos hábitos quedarán cada vez más arraigados y será más sencillo mantenerlos.