Practicar journaling cada día nos ayuda a liberar el estrés y a ser más conscientes. Te contamos cómo comenzar este beneficioso hábito.
¿En algún momento de tu infancia escribiste un diario? Esta es una actividad muy común entre niños y adolescentes, pero la vamos abandonando a medida que crecemos. En muchas ocasiones por pereza y en otras porque lo consideramos una pérdida de tiempo. Sin embargo, el journaling reporta numerosos beneficios para la salud emocional. Por ello, aunque ya seas un adulto, puede resultarte interesante recuperar esta costumbre.
Podría definirse el journaling como el hábito de plasmar por escrito los pensamientos, las emociones, las sensaciones, los sueños y las reflexiones. En realidad, se trata de una actividad muy abierta, que puede abordarse de diferentes formas y en la que solo existen dos requisitos: escribir a mano (nada de móvil, tablet u ordenador) y debes comprometerte a practicarlo todos los días.
Si quieres conocer sus beneficios y algunas ideas para comenzar a practicar journaling, te invitamos a seguir leyendo.
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¿Cómo nos beneficia el journaling?
Como decíamos, a simple vista “escribir un diario” puede parecer una actividad vacía propia de quinceañeros. Pero lo cierto es que el journaling facilita una serie de procesos internos que contribuyen al bienestar. En realidad no se trata de escribir cómo ha ido el día, sino de crear un espacio para expresarnos con total libertad.
Así, algunas de sus principales ventajas son las siguientes:
1. Conectar con uno mismo
Al dedicar un momento cada día a escribir nuestras reflexiones, cultivamos la relación con nosotros mismos. Esto nos permitirá conocernos mucho mejor, entender cómo pensamos e identificar las creencias y emociones más frecuentes. Podremos ver con mayor claridad cuáles son nuestros miedos y sueños, qué cosas nos afectan y cuáles nos hacen bien.
Tener toda esta información sobre uno mismo es fundamental para poder cuidarnos, querernos y acompañarnos como merecemos. Al igual que deseamos que otros nos vean, nos descubran y nos entiendan, también necesitamos vernos, escucharnos y estar ahí para nosotros.
2. Liberar la mente
El journaling es muy efectivo para dar salida a todas esas emociones que nos sobrepasan, nos perturban y de las que no logramos deshacernos. Miedos, tristezas, rencores, frustraciones, decepciones… No siempre nos permitimos sentir estos estados por lo desagradables que resultan. Sin embargo, conectar con ellos y expresarlos es la mejor vía para recuperar la paz emocional.
Al escribir en nuestro diario, podemos expresarnos sin filtros, sabiendo que nadie nos juzgará y dando rienda suelta a todo aquello que llevamos dentro. Además, esto nos permite procesar los eventos de una mejor forma y reducir su impacto en nosotros. Después, nos sentiremos mucho más ligeros y con la mente liberada para poder continuar con la jornada.
3. Tener un día más consciente
Practicar journaling por la mañana puede ayudar a tener un día más consciente. ¿Qué quiere decir esto?: que al haber dedicado un tiempo a observarnos, ver cómo nos sentimos, qué pensamos y necesitamos, podremos entender mejor nuestro estado de ánimo y nuestras reacciones a lo largo del día. Esto nos permitirá no actuar por impulsos y estar más presente y en contacto con nuestras emociones.
4. Avanzar hacia los propios objetivos
Por último, esta actividad también contribuye a acercarnos a nuestros objetivos. Y es que al tener por escrito el registro de las experiencias y pensamientos de cada día, podemos hacer un seguimiento y detectar qué nos está frenando y cómo podemos avanzar.
¿Cómo realizar journaling?
Practicar journaling no es exactamente como escribir un diario, en el sentido de que no necesariamente se trata de narrar las experiencias del día. En realidad, pueden darse diversos enfoques:
- Comenzar un diario de gratitud, en el que cada día escribamos aquellas cosas por las que nos sentimos agradecidos.
- Dedicar unos minutos al día a expresar cómo nos sientes y liberar por escrito las emociones.
- Anotar listas de cosas pendientes y utilizar el diario como medio de organización.
- También es posible crear un seguimiento del estado de ánimo día tras día.
- Otra buena opción es utilizar el journaling para intencionar el día, enfocándonos en cómo deseamos sentirnos y qué queremos lograr durante esa jornada. Comenzar el día con enfoque nos facilitará cumplir con esas metas.
En realidad, las anteriores son solo algunas sugerencias, pero puedes combinar varias de ellas o ir desarrollando tu propia práctica. La clave para que esta práctica sea beneficiosa no es tanto lo que se escribe o el tiempo que se dedica, sino la constancia. Es fundamental comprometerse a crear un hábito y a escribir cada día a la misma hora. En poco tiempo, verás cambios respecto a tu relación contigo mismo.