Un nuevo punto de conflicto podría desatarse en la Unión Europea si avanza un proyecto de ley que prohibiría la venta de televisores 8K. El motivo del veto sería la actualización del Índice de Eficiencia Energética, que impondría límites estrictos al consumo máximo de energía de este tipo de dispositivos, que actualmente están bajo la lupa por no ser tan eficientes como otros TV con paneles de menor resolución.
Si la medida se aprueba entrará en vigencia a partir del 1 de marzo de 2023, según recoge El Mundo. De concretarse, significaría que los fabricantes de televisores 8K ya no podrían continuar vendiéndolos en el bloque europeo. El citado medio indica que la prohibición también podría recaer en otros modelos; específicamente, en algunos con paneles OLED 4K y QD-OLED de 65 pulgadas.
Según FlatPanelsHD, actualmente los televisores 8K no tienen un límite de consumo máximo de energía. Por ello, se pueden vender normalmente en la Unión Europea. Sin embargo, la actualización del Índice de Eficiencia Energética impondría un techo de consumo energético máximo más bajo a los nuevos televisores fabricados. En tanto que se eliminarían las excepciones para los equipos con pantallas 8K.
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La situación ya ha provocado la respuesta de la 8K Association, que en septiembre pasado hizo pública su preocupación ante este escenario. «A menos que algo cambie, marzo de 2023 significará problemas para la industria emergente del 8K […]. Ahí es cuando las nuevas regulaciones de consumo de energía de la UE entrarán en vigencia. Los límites de consumo de energía en los televisores 8K (y las pantallas basadas en microLED) se establecerán tan bajos que prácticamente ninguno de estos dispositivos pasará. No solo significará una calificación reprobatoria, sino también un requisito de que estos dispositivos no se podrán vender en la Unión Europea», aseveraron.
¿Adiós a los televisores 8K en la Unión Europea?
Según explica el organismo, el mayor consumo energético de los televisores 8K se debe a distintos motivos. Uno de ellos, que sus paneles requieren de una mayor potencia de retroiluminación para crear la misma luminancia de una pantalla 4K de tamaño equivalente.
También remarcan que los chips de los televisores 8K deben contar con más transistores que los utilizados en equipos 4K, puesto que necesitan de un procesamiento de imágenes «más sofisticado». Por ende, sostienen, el consumo energético termina siendo más elevado. Y si bien aseguran que se está trabajando en nuevas tecnologías para que estos dispositivos sean energéticamente más eficientes, todavía no están listas para aplicarse en el corto plazo.
«Si la industria del 8K no reacciona y el comité regulador no responde, la nueva normativa tendrá consecuencias. Como ya se mencionó, ninguno de los televisores 8K puede superar el nuevo Índice de Eficiencia Energética y, por lo tanto, su venta quedará prohibida en Europa. Esto afectará a los fabricantes de televisores y sus socios proveedores, así como a los integradores en los mercados profesionales y de consumo de la UE», aseveraron.